Manejabas siempre mis cuerdas, me ordenabas que me
callase o que me acercara hacia ti. Caí en el pozo del olvido, mascullando
palabras sin sentido. Las cuerdas se rompieron, las luces se apagaron y el
telón se cerró desde aquel momento.
Un simple
títere no puede moverse, pero confiando en mí, lo hice; salí del pozo y mis
cuerdas volvieron a unirse. Me sentí bien, e intentando buscar una dirección
para vengarme de ti, la función comenzó.
Debes ser títere de ti mismo, de tu destino
ResponderEliminarUn beso^^
Hola, gracias por pasarte por mi blog, me quedo por aquí.
ResponderEliminarSaludos:)