viernes, 23 de mayo de 2014

Títere.

Manejabas siempre mis cuerdas, me ordenabas que me callase o que me acercara hacia ti. Caí en el pozo del olvido, mascullando palabras sin sentido. Las cuerdas se rompieron, las luces se apagaron y el telón se cerró desde aquel momento.
 

    Un simple títere no puede moverse, pero confiando en mí, lo hice; salí del pozo y mis cuerdas volvieron a unirse. Me sentí bien, e intentando buscar una dirección para vengarme de ti, la función comenzó.

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